Esta fábrica -que es indagada- muestra otra parte del embotellado del líquido. Foto: Marcel Bonilla / El Comercio.
Cerca de 20 denuncias en contra de varias embotelladoras de agua de mesa fueron presentadas en la Comisaría de Salud de Esmeraldas.
La investigación se abrió a cuatro de las 15 empresas que operan en la provincia, para conocer en qué condiciones sanitarias envasan el agua para el consumo en la provincia.
Los esmeraldeños se abastecen de este tipo de agua para cocinar o beber, ante la falta permanente del servicio de agua potable en la ciudad.
Según el Municipio de Esmeraldas, un 27% de la población del área urbana no cuenta con agua potabilizada. En los cantones Esmeraldas, Atacames y Rioverde hay 47 000 abonados, de una población de casi 200 000 habitantes.
De las 20 denuncias, una es impulsada legalmente, con la participación de un abogado. Se trata de la queja presentada el 18 de septiembre último por el ciudadano Joselito Maffare en la Comisaría de Salud.
Según el documento, él compró un botellón de agua en una tienda de la ciudadela Julio Estupiñán, en el sur de la urbe. Al destaparlo notó que el recipiente estaba sucio y con gusarapos. La audiencia se cumplió el pasado 15 de octubre y la empresa responsable debe presentar sus pruebas de descargo, explica el Comisario de Salud, Efraín Piloso.
La denuncia de Maffare se sumó a otras presentadas por habitantes de los cantones Quinindé, San Lorenzo, Atacames y Esmeraldas.
Rosángela M., habitante de San Lorenzo, señala que el problema con el agua en botella no es nuevo. En varias ocasiones -dice- se ha encontrado pequeños residuos de arena, pero pocos denuncian.
Según datos de la Dirección de Salud de Esmeraldas, en el 2012 se registraban cuatro denuncias trimestrales en contra de varias empresas; esa cifra se mantiene hasta la actualidad.
En ese año fueron suspendidas cuatro embotelladoras por 15 días y el pago de una multa. Además, seis no cumplían con las normas de salud, explica el exresponsable de Control Sanitario de la Dirección de Salud, Jimmy Cortez.
Un informe de esa unidad reveló que en la mayoría de las embotelladoras se encontraron aerobio mesófilos, que son microorganismos que pueden ser perjudiciales para la salud de los consumidores. Por eso Maffare cree que se debe investigar a fondo el proceso de envasado de estas empresas artesanales.
Según un informe de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria, las embotelladoras investigadas no presentan en su etiqueta el nombre del alimento, listas de ingredientes, contenido neto, identificación del fabricante, identificación del lote, fecha de elaboración y fecha máxima de consumo.
La ausencia de estos requisitos constituye un incumplimiento de la norma de rotulado de productos alimenticios para consumo humano. Esta falta está contemplada en los artículos 141 y 248 de la Ley Orgánica de Salud.
Estas normas estipulan la cancelación del registro sanitario si el producto no cumple con las condiciones sanitarias. En este caso, la multa será de 10 salarios básicos (USD 3 420).
El propietario de una de las embotelladoras investigadas, Patricio Miketta, señaló que las etiquetas de su empresa, que dejó de usar hace un año, fueron clonadas por supuestos falsificadores, que se dedican al expendio de agua sin ninguna garantía sanitaria.
Estos habrían usado su marca para envasar el producto de forma clandestina. Esos argumentos constan en el proceso que investigan las autoridades de control.
Una de las últimas sometidas a investigación es una embotelladora que funciona en San Lorenzo. En su etiqueta de presentación no tiene la identificación del lote, fecha de elaboración ni la fecha de vencimiento.
Tras las denuncias que surgieron en el 2011, el control a las embotelladoras se hace cada seis meses, a las cuales se les hace recomendaciones para que mejoren, explica Francisco Quiñónez, director de Salud de Esmeraldas. “Sancionaremos a las empresas acusadas si después del proceso legal son encontradas responsables de entregar un producto no garantizado para la salud”.