Evelyn Tapia (I) Redactora
En 20 minutos, la tienda de productos tecnológicos de Sony en Guayaquil ha recibido a unos 10 clientes. Todos hombres. Se detienen a observar los televisores, leen las especificaciones de los equipos de sonido y otros se entretienen probando una consola de Play Station.
Karen Cobeña, vendedora del lugar, cuenta que ese es el comportamiento normal de la tienda y añade que aunque sí suelen recibir clientas, los hombres son el 70% de su clientela.
“Por lo general los hombres saben lo que necesitan, preguntan de resolución de cámaras, en los televisores, el tiempo de vida útil o temas técnicos. Las mujeres por lo general, si lo ven bonito, lo compran. Y cuando vienen en pareja, las mujeres limitan a su pareja para que no gaste tanto”, cuenta.
Lo que Cobeña ha detectado como vendedora en esta tienda, según analistas de mercado, responde a una de las diferencias clave entre hombres y mujeres a la hora de manejar el dinero.
“Los hombres son como niños adultos, siguen jugando cuando son grandes, compran artículos tecnológicos que los entretienen, tecnología para el carro, siguen comprando video juegos”, explica Juan Francisco Farías, analista.
De acuerdo con datos del Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC) del 2012, del presupuesto de gastos de los hogares ecuatorianos, el 4,6% es destinado para recreación. El entretenimiento que en esta era está ligada a la tecnología y al transporte, según los expertos, es uno de los elementos más importantes para el consumidor masculino.
En la tienda de bicicletas T3 Sports, en Guayaquil, de cada 20 bicicletas vendidas, 16 son compradas por hombres. Un informe realizado por diario La Tercera, de Chile, revela que el gasto promedio de los hombres en transporte y tecnología es de 123 942 pesos, mientras que el de las mujeres es de 71 584.
Con las mujeres, en cambio, los intereses se vuelcan hacia lo que tiene que ver con el cuidado personal, ropa sobre todo, y el bienestar humano, comenta Farías.
El estereotipo de la mujer derrochadora, que no escatima en gastos a la hora de ir “de shopping”, responde a factores que se deben analizar desde el punto de vista antropológico, según los expertos.
Para Iván Sierra, director de la firma Negocios&Estrategias, aunque en Ecuador sigue siendo el hombre el que aporta más al presupuesto familiar, (cifras del INEC, revelan que el ingreso promedio de los hombres es de USD 529, mientras que el de la mujer es de 460), por tradición es la mujer la que maneja y distribuye el dinero en los gastos más importantes del hogar. En el Ecuador, el rubro de gastos en la alimentación representa el 24% del presupuesto, es el más alto de todos los otros gastos.
“Desde la época de las cavernas el hombre asumió el rol de proveedor y la mujer el de administradora del hogar, la que prepara el alimento, la que cobija y busca proteger a los hijos”, dice Sierra.
Añade que a partir de ahí se puede comprender por qué los intereses femeninos se enfocan más hacia compras relacionadas con alimentos para el hogar, ropa y educación de los hijos.
De acuerdo con un estudio realizado en junio por el Banco Mundial en siete países de ingresos bajos y medios (México, Colombia y Uruguay por Latinoamérica), ellas son las que más ahorran para la educación de los hijos, por ejemplo.
En lo referente al manejo del dinero para ahorrar, precisamente, este estudio revela que son las mujeres las que mejor manejan la plata, pues son las que más tienden a presupuestar, elaborar planes de gastos y respetarlos.
El estudio muestra que el 77% de las mujeres se atiene a un plan de gastos, frente a un 68% de hombres.
En el Ecuador, un 58% de los hogares tiene capacidad de ahorro. Sierra explica que por lo general las decisiones se toman de manera conjunta, y aunque sea el hombre el que aporta con el dinero, “en el 80% de los hogares las mujeres participan en la toma de decisiones”, explica.
En hogares como el de Carolina Sánchez, empleada privada, es ella quien administra el dinero y se encarga de ahorrar, porque es más ordenada que su esposo. “Él es más práctico, si tiene gasta en ese momento y después se preocupa. A mí me gusta ahorrar, entonces con más razón me preocupo de administrar el dinero”, comenta.
Sierra, que estudia hábitos de consumo desde 1997, indica que la mujer tiende a ser más ordenada, y por lo general, es más recursiva con los presupuestos con los que cuenta.
Ellas
Administran mejor el dinero para los gastos de alimentación en el hogar.
Invierten más en prendas de vestir, cuidado personal y bienestar.
Tienden a planificar más sus gastos, se ajustan más a un presupuesto.
Ahorran más y prevén más para gastos de educación de los hijos.
Ellos
Aportan más dinero en el presupuesto de los hogares ecuatorianos.
Gastan más en productos tecnológicos y en entretenimiento o recreación.
No planifican sus gastos, son menos ahorradores que la mujeres.
Los hombres gastan más en bebidas alcohólicas que las mujeres.