210 indígenas aprenden nuevas técnicas de tejido y bordados

Lourdes (izq.) y Nancy Quishpi (centro) y Dolores Fajardo (der.) aprenden sobre técnicas de tejido ancestral en Romerillo. Foto: Xavier Caivinagua/EL COMERCIO

Lourdes (izq.) y Nancy Quishpi (centro) y Dolores Fajardo (der.) aprenden sobre técnicas de tejido ancestral en Romerillo. Foto: Xavier Caivinagua/EL COMERCIO

Lourdes (izq.) y Nancy Quishpi (centro) y Dolores Fajardo (der.) aprenden sobre técnicas de tejido ancestral en Romerillo. Foto: Xavier Caivinagua/EL COMERCIO

Lineida Castillo.  Redactora
(F-Contenido Intercultural)

Al anochecer en el poblado Romerillo, en el cantón cañarense de El Tambo, las mujeres dejan sus hogares y se reúnen en la casa comunal. Allí, desde hace tres semanas reciben clases sobre técnicas ancestrales de tejido.

Magdalena Tenamasa tiene 45 años y es el segundo taller organizado por el Municipio que sigue en menos de un año. El proyecto está dirigido para que las mujeres mejoren su técnica en tejidos y bordados y comercialicen sus creaciones.

La concentración en el trenzado de las lanas sobre el telar demuestra el interés que tiene Tenamasa por aprender. Ella confecciona una bufanda con la técnica denominada puntada pata de gallo y hace dos semanas hizo un chal.

En su infancia aprendió a tejer con palillos, pero desconocía las técnicas que se utilizan para los telares de malla. Por eso, cuando conoció del curso, se entusiasmó en seguirlo y ahora considera que está en un mejor nivel.

De lunes a viernes, en dos mesas se ubican las 30 indígenas de Romerillo que siguen el curso. Afuera de la casa comunal -en un ambiente de escasa iluminación y con casas dispersas- juegan sus hijos a las escondidas o a la pelota.

Gritan, ríen o cantan, pero esa algarabía no desconcentra a las madres, dice la maestra Mercedes Pañora, de 51 años, experta en bordados. “Les interesa y no hay cansancio, pese a que las clases son de 19:00 a 22:00”. Ellas se impusieron el horario de acuerdo con sus tiempo libres, cuenta Nancy Castillo, coordinadora de este proyecto que beneficia a 210 mujeres de Romerillos, Chuichún, Cruz Loma, Sunicorral, Julupata y del centro cantonal.

El departamento de Desarrollo Social del Municipio proporcionó los telares y la materia prima. Según Castillo, al final del curso que dura un mes ellas se quedan con los materiales y realizan exposiciones.

Lourdes Guamán, por ejemplo, elaboró bufandas, chalinas y gorros para sus hijos. Al principio la técnica le resultaba difícil, pero con la práctica maneja mejor el telar y cree que ha mejorado y conoce más puntadas.

Al igual que Guamán, sus compañeras se dedican durante el día a los quehaceres domésticos, a sus pequeñas huertas y al cuidado de sus animales menores. “No nos queda tiempo en el día para tejer y prefiero avanzar acá (taller) para corregir cualquier error”, indica Nancy Quishpi.

Según el cronograma, el próximo año el proyecto se extenderá a otras comunidades indígenas y donde hay un alto porcentaje de mujeres dedicadas a los tejidos y bordados.

Según Luis Guamán, presidente del poblado de Romerillo, la capacitación ayuda a la organización de la gente, a compartir y a que las mujeres salgan de la rutina diaria.

Para Nancy Castillo, estas prácticas son útiles porque vive en una zona fría y le sirve para abrigarse.

En contexto

El Municipio de El Tambo desarrolla el proyecto de formación artesanal en tejidos y bordados dirigidos para las mujeres indígenas del cantón cañarense. Esta segunda fase de la iniciativa beneficia a 210 mujeres de cinco comunidades rurales y del centro cantonal.

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