El presidente del Consejo Directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), Eduardo Peña, sostuvo que el Seguro Social no pretende aumentar la edad de jubilación de los afiliados. Sino que se está elaborando una propuesta para que los trabajadores decidan voluntariamente retarden el momento de su retiro a cambio de una pensión jubilar más alta.
Más noticias:
Esta propuesta de incentivos sería parte de las reformas al Seguro de Pensiones y al Seguro de Salud, que presentará el IESS a la Asamblea Nacional en los próximos cuatro o cinco meses, dijo Peña, la mañana de este lunes 6 de mayo del 2024.
¿Cuáles son los principales puntos de la reforma financiera que propone el IESS?
Voy a empezar por la menos entendida: incentivos para retrasar la jubilación voluntariamente. La Seguridad Social no pretende aumentar la edad de la jubilación, lo que se propone es que un afiliado con más aportaciones cobre una mayor pensión jubilar.
Hoy en día con 360 aportaciones y 60 años un afiliado ya se puede jubilar, pero la propuesta es que si se espera voluntariamente a los 65 cobre más y si espera hasta los 70 su pensión sea más alta aún.
La otra parte de esta misma propuesta es cambiar el cálculo de la pensión jubilar. Hoy se calcula promediando los cinco mejores años de ingresos. La reforma pretende que la pensión sea el promedio de 10, 15 o posiblemente 20 años ingresos. Es más justo para el trabajador y para el Fondo de Pensiones que la jubilación sea similar a lo que ganó durante los años de trabajo.
¿Por qué son importantes estos cambios?
Cuando se diseñó la Seguridad Social ecuatoriana, hace 96 años, las personas en el Ecuador vivían 71 años y se jubilaban a los 65, es decir tenían seis años de jubilación. Hoy en día, se jubilan a los 65 y se vive a los 81 años, tienen muchos más años de jubilación.
Estar jubilado no significa que ya no pueden trabajar. La opción es trabajar y no es que nosotros (IESS) queremos tenerlos trabajando, cargado piedras, hasta el último día de vida. La idea es que libre y voluntariamente el afiliado escoja en qué momento de su vida se quiere jubilar y, si lo decide más tarde, va a cobrar más.
Pero, no es un cambio estructural, porque si los afiliados no deciden retardar voluntariamente su jubilación, el IESS va a seguir teniendo problemas económicos
El resto de los cambios estructurales son eliminar las jubilaciones atípicas como la de los zafreros o los cementeros, que se jubilan los 20 años de servicios. Ya esos riesgos laborales no existen, todos se van a jubilar con 360 aportaciones, es decir con 30 años o más años de servicios. Como la gente vive más, eventualmente no le importa jubilarse después. Pero esto es hipotético, vamos a abrir mesas de diálogo para ver cómo lo hacemos.
También está la propuesta de cobrar un copago para la atención médica de los hijos de los afiliados, esto quiere decir que cuando se atiendan tienen que pagar algún monto. Eso quitará la presión en la Seguridad Social respecto del pago las atenciones de salud. Por último está el monto de la aportación. Eso también se tiene que discutir en la Asamblea.
Por otro lado esta, lo que la gente reclama, que hay que ser más eficiente en la Seguridad Social. Vamos a la modernización en el tema de sistemas y en el área digital. Estamos trabajando para que el Seguro Social tenga una estructura más eficiente, estamos caminando hacia allá también.
¿Estas reformas son parte de las condiciones del FMI para el nuevo crédito?
No hay una correlación entre el crédito del FMI y las reformas. Lo que si hay es un apoyo del Fondo Monetario porque estas reformas, que son necesarias en la Seguridad Social de todo el mundo, mientras más nos demoremos en entrar, más nos crece la bola de nieve. Hay que entrar sí o sí a la reforma. Pero cuando vayamos a la Asamblea Nacional con la propuesta, ella decidirá que sí, que no y cuánto de cada cosa. Nosotros pretendemos llevarle escenarios actuariales pensados en los próximos 50 años. Para que la Asamblea pueda decidir.