El presidente Rafael Correa felicitó a la Policía “por el profesionalismo” demostrado en las marchas convocadas el 17 de septiembre. Destacó el hecho de que no se utilizó una sola bomba lacrimógena durante las violentas manifestaciones suscitadas en los alrededores de los colegios Montúfar, Mejía y plaza de San Francisco, en Quito.
Dijo que “pese a todos los insultos, patazos, piedrazos, palazos e inclusive escupitajos que recibieron los policías, no reaccionaron de manera violenta, sino que mediante estrategias policiales lograron controlar las virulentas protestas”.
El coronel Carlos Chiriboga, jefe del Distrito de Policía Manuela Sáenz (Centro de Quito) dijo que en la Plaza Grande y sus alrededores estuvieron 3 000 policías. “Hoy no se busca la agresión sino mantener el orden público”, reiteró.
Una de las unidades que actuó en la marcha fue la de Mantenimiento del Orden (UMO). “Ellos saben la misión que van a cumplir. Saben de las agresiones de las que va a ser sujetos. Nunca van a reaccionar, siempre liderados por un oficial que direcciona estratégicamente cada operación”, señaló Chiriboga.
El capitán Christian Quintana, jefe del Circuito Chimbacalle (sur de Quito), dijo que la manifestación ocasionó “graves consecuencias” en la vía pública. “Domicilios con los vidrios rotos, adoquines removidos de las aceras, patrulleros y motos averiadas, entre otras pérdidas han sido reportadas tanto en el sur (avenida Napo) como en el centro (Plaza San Francisco y UPC 24 de Mayo) y norte (avenida 10 de agosto) de Quito”, dijo.