A pedido de Luis C. procesado por protestas del 17 de septiembre en Quito.
Con respecto a la publicación del 28 de octubre del 2014, titulada el Juicio en el caso Mejía no fue el único por protestas, el señor Luis C., entre otras cosas, señala: No puede salir en un reportaje periodístico, que pretende visibilizar lo del 17-S, una contextualización como la que sigue: “La noche había caído y el 17 de septiembre se enfrentaban policías y manifestantes convocados para protestar contra un supuesto incremento de los pasajes y por los derechos laborales”.
Hay énfasis en la protesta, pero una ambigüedad con relación a los temas que convocaron, con lo que la figura de la protesta queda desvirtuada, mucho más cuando en el siguiente párrafo se menciona “las bombas molotov reventando en el piso”, hecho enteramente falso en el desalojo de la plaza de San Francisco como lo es el hecho de incluir entre las víctimas de la violencia de los manifestantes a un oficial (de la Policía Nacional) que se rompe la cadera.
La marcha fue firme sí, alegre, y en algún momento también hubo algunos signos de violencia, sin que se pueda descartar la presencia de provocadores externos. Lo notable fue que la concentración obrera y ciudadana en la plaza de San Francisco fue violentamente disuelta, en pocos minutos.
Nota de la Redacción
Ofrecemos disculpas al señor Luis C., pues en la nota periodística atribuimos a él y a otras ocho personas procesadas en este caso haber visto las bombas molotov. Quien hizo referencia a esas bombas fue el Ministerio del Interior en un comunicado difundido el 20 de septiembre.
Esa Secretaría dijo: las “Bombas molotov que se encontraron en colegios Mejía y Montúfar son similares a las halladas en la plaza de San Francisco”. Con respecto otras observaciones es necesario decir que en la elaboración de una nota periodística es imperativo la contextualización, en pro de un equilibrio periodístico.