Seis empresas compiten por el ensamblaje de celulares

En Carcelén Industrial los trabajadores arman los equipos Yezz. Foto: EL COMERCIO

En Carcelén Industrial los trabajadores arman los equipos Yezz. Foto: EL COMERCIO

En Carcelén Industrial los trabajadores arman los equipos Yezz. Foto: EL COMERCIO

A finales del 2011, la compañía Audioelec anunció el inicio de operaciones para armar celulares en su planta de Durán (Guayas). Actualmente existen seis empresas que se dedican a ensamblar estos equipos.

Hace tres años salió al mercado un primer lote con 30 000 celulares de la marca Riviera. Esos equipos de gama baja tenían reproductor de MP3, linterna y radio. Mientras que otro modelo, el C06 Riviera, contaba con pantalla táctil y estaba habilitado para navegar en redes sociales. Sus costos oscilaban entre USD 35 y 150.

Durante los últimos tres años cinco empresas se han sumado a esta actividad. La más reciente es Desarrollo y Manufacturas Electrónicas Ecuatorianas (DMEE), que ayer presentó sus teléfonos de la marca Yezz.

Actualmente, la fábrica de esa empresa tiene la capacidad para ensamblar 35 000 unidades al mes, pero su meta es llegar a los 70 000 equipos.

Según datos del Ministerio de Industrias, el año pasado se ensamblaron 544 067 celulares en estas empresas.
Pero el mercado no solo está compuesto por estas ensambladoras. Dentro de la cadena de producción también participan 18 empresas de Quito, Guayaquil y Cuenca, que se encargan del suministro de partes como: cargadores, estuches, carcasas, micas, tarjetas electrónicas, software y papelería para manuales y empaques, según información del Ministerio de Industrias.

Algunas de las compañías que se dedican al ensamblaje nacieron luego de la Resolución 67 del Comité de Comercio Exterior (Comex), que estableció una restricción para la importación de teléfonos celulares, la cual entró en vigencia en junio del 2012.
Este es el caso de la firma cuencana Hipertronics, que nació como otra línea de Lidenar, la cual se dedicaba a la importación de celulares.

Con una inversión que bordeó el millón de dólares, la firma inició sus operaciones en Cuenca, con 30 colaboradores, entre ellos, técnicos en electrónica graduados de colegios y universidades del Azuay.

Los primeros meses, Hipertronics tenía una producción promedio de 3 000 unidades. Actualmente, la firma produce 15 000 equipos mensuales, pero la planta está funcionando al 30% de su capacidad.

Ahora la firma cuenta con 66 trabajadores que ensamblan equipos de la marca estadounidense Blu. Sus teléfonos son de gama baja y smartphones cuyos precios van desde los USD 30 hasta los 80.

Henry Aguilar, gerente de Hipertronics, señala que en principio distribuían sus terminales a la operadora Claro. Pero desde junio de este año dejaron de hacerlo para comercializar sus equipos con 20 distribuidores a escala nacional. “Así, los precios a los compradores finales se abaratan y obtenemos mayores ventas”.

Otra empresa que implementó una planta de producción fue Alphacell. Luigi Arias, gerente de esta firma comenta que instaló la planta a mediados de este año. Esta firma se especializa por ahora en teléfonos de gama baja y su principal línea de comercialización son las operadoras privadas.

El principal giro del negocio de esta compañía es la importación y comercialización de teléfonos celulares. Sin embargo, decidió incursionar en el ensamblaje de celulares porque vieron una oportunidad en los teléfonos de bajo costo.

Edmundo Valenzuela, director de Yezz en Ecuador, la más reciente en el mercado de ensamblaje, señaló que hasta el momento produce teléfonos inteligentes con 13% de componente local, mientras que los teléfonos de gama baja cuentan con un 24%. Entre las partes locales están cajas, manuales, cargadores, software y prevén utilizar baterías.

Esta firma acató las disposiciones del acuerdo ministerial emitido en junio de este año, el cual obliga a subir el porcentaje de partes nacionales a los terminales ensamblados; empaques y manuales también cuentan como partes locales.

Antes, la disposición establecía que los teléfonos debían poseer un 10% de componente local, en el caso de los de gama baja y 20% para smartphones.

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