En octubre del 2014, miles de taxistas se concentraron en la Plaza Grande para pedir al alcalde Mauricio Rodas una revisión de las tarifas que se mantienen desde el 2003.
El gremio le entregó al Burgomaestre un estudio en el que se estimaba que la carrera mínima debía ser de USD 2, según Carlos Brunis, presidente de la Unión de las Cooperativas de Taxis de Pichincha.
Ante ese pedido, Rodas afirmó que el proceso de diálogo no solamente se enfoca en las tarifas, sino también en la mejora del servicio.
La Universidad Católica entregó, a finales de enero, el estudio técnico que determinaría los costos de las tarifas. Según una publicación anterior de EL COMERCIO (1 de febrero del 2015), los montos recomendados para la carrera mínima y nocturna no cumplirían con las aspiraciones del gremio amarillo.
Aunque todavía las autoridades no se pronuncian de manera oficial sobre un posible incremento en las tarifas, la expectativa es grande tanto para los taxistas como para los ciudadanos que también tienen otra preocupación: el servicio.
Eso lo evidencian el número de denuncias que en Quito, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre del 2014, se presentaron. En total, 1 727 quejas fueron hechas en el portal web de la Agencia Nacional de Tránsito. La razón principal fue la falta de uso del taxímetro.
En una entrevista el pasado lunes 2 de marzo, la vicealcaldesa Daniela Chacón manifestó que se debe regular el uso del taxímetro todo el día y en la noche se debe establecer una tarifa diferente. Según la concejala, ese es uno de los compromisos planteados en las mesas de diálogo con dirigentes del taxismo, que llevan más de seis meses.
Otro problema constante que denuncian los usuarios es la negativa que reciben por parte de algunos taxistas a llevarlos a determinados sitios. Esto es considerado una contravención según el Código Orgánico Integral Penal. El conductor podría recibir una multa del 40% del salario básico unificado de USD 354 y además perder 7,5 de los 30 puntos que tiene la licencia.