Más de 40 000 vehículos pesados y livianos circulan en El Trébol por las mañanas. Foto: EL COMERCIO
Los vehículos se acumulan en El Trébol. Decenas de personas salen apresuradas de los autobuses con dirección a la parada. Los agentes metropolitanos de tránsito pitan y piden a los conductores que circulen rápido. Eran las 07:00 de hoy, 3 de marzo del 2015.
¿Qué pasa a esa hora en ese punto de la ciudad? Según datos oficiales, más de 40 000 vehículos pesados y livianos circulan en esa zona por las mañanas y miles de usuario se trasladan desde el Valle de los Chillos hasta la capital. Uno de ellos es el ingeniero Pablo Morales, de 30 años, quien viaja desde La Merced hasta Quito para llegar a su trabajo.
“Los puntos de congestión son El Triángulo (Sangolquí) y otra es el peaje. A partir de allí comienza a trabarse el tráfico de vehículos hasta llegar al Trébol”, precisa Morales.
Con el mismo criterio coincide el chofer Rodolfo Vizcarra que conduce un bus en la ruta Quito-La Merced. “En las horas pico (06:30-08:00) me demoro una hora y veinte minutos. El sitio en donde el tráfico se complica comienza en el peaje y termina en El Trébol”.
Esta mañana, el contraflujo de vehículos (uso de un carril contrario de la vía para que lo vehículos circulen con mayor rapidez) comenzó a las 07:30 y pasadas las 08:00 seguía funcionando. ¿Esa medida resulta efectiva para agilizar el tránsito? Para el conductor Edison Narváez, el flujo de carros mejora “un poco” con el contraflujo, pero a veces el tráfico se prolonga hasta las 09:00.
Él cubre la ruta Sangolquí-Quito y se demora más de una hora en movilizarse de un punto a otro. Pero no solo la gente que vive en el Valle de los Chillos se demora en llegar a sus destinos. El estudiante Kevin Franco, de 18 años, tarda 25 minutos desde el barrio Monjas Orquídeas hasta llegar al Trébol. “En la parada se traban los buses y carros pequeños”, cuenta el joven.