El guapo de la barra

Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO.

Alejandro Ribadeneira

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Es periodista desde 1994. Colabora con el Grupo El Comercio desde el 2000 y se ha desempeñado en diversos puestos desde entonces. Actualmente ocupa el cargo de Editor Vida Privada.

Kaviedes, el Houdini del fútbol

Cada cierto tiempo se registra este acto semi-masoquista del hincha ecuatoriano: Kaviedes es separado de un equipo por su indisciplina y llueven los comentarios de dolor, pena y congoja. Pero los peores, los más desubicados, son los hagiográficos, que casi ponen al jugador a la altura, no de Pelé o Maradona, ¡sino de Picasso y Tolstói!

Sí, cada fracaso de Kaviedes, cada frustración, cada decepción es un párrafo más que se agrega a esta extraña leyenda del héroe caído, del genio incomprendido, del “no me juzguen si no me conocen”. Muchos lo ven como un Van Gogh del fútbol, rodeado de gente incapaz de comprender su talento. “Algún día será reconocido”, escribió alguien, conmovido. La realidad y el tiempo, que siempre se encargan de poner todo en su sitio, dicen lo contrario. Estas son las razones que me permiten sostener que Kaviedes es un bluff, el más ilustre del país, pero bluff al fin.

1. No ha ganado nada. Pasó por 15 equipos y nunca fue campeón de Primera. Jamás apareció cuando más se lo necesitaba. En la final del 98, no hizo nada en el 7-0 que Liga le metió a Emelec. Fue lo más cerca que ha estado de ser campeón. En el momento crucial ya se sabía que no se podía contar con él.

2. ¿El mejor delantero del mundo? En 1998, Kaviedes ganó el premio al Mejor Artillero del Mundo de la IFFHS por ser quien más goles metió en el año. Eso ayudó a levantar su leyenda de ‘temible’ artillero que nunca volvió a sostenerse. La verdad es que una gran fracción de esos goles los consiguió en el Cuadrangular de Descenso, con Técnico, Delfín y Panamá. Además, el ganador de ese premio no necesariamente logra ser un crack de enorme proyección. En el 2001 el premio fue para José Alfredo Castillo, de Bolivia. En el 2004 lo ganó el chileno Patricio Galaz. Claro que en 2012 y 2013 lo ganó Lionel Messi, pero ya consagrado y marcando en Europa, que no es lo mismo que Ecuador, Bolivia o Chile. La distancia entre Kaviedes y Messi es la misma que hay entre el Sol y Urano.

3. ‘Kaviedes nos llevó al primer Mundial’. Otro mito. Claro que él marcó el gol –gracias al gran pase de Aguinaga- que empató el partido con Uruguay y ese 1-1 fue suficiente. Pero Ecuador se ganó la clasificación por otra serie de argumentos más sólidos, triunfos históricos sobre Brasil y Chile, los 9 tantos del Tin, la solidez en la altitud de Quito y más asuntos anteriores. El tanto de Kaviedes es un acontecimiento más de este proceso, importante, valioso, recontra fotografiado, el de la puntillada final… pero no para elevarlo a deidad y deberle la vida misma. Él nos dio lo mismo que los otros jugadores. De hecho, si Ecuador perdía con Uruguay, se hubiera clasificado de todos modos en Santiago con el 0-0.

4. ‘Es el jugador con más técnica de la historia del país’. Bueno, eso ya es exagerar. Aguinaga, Salas, Saritama, Muñoz, Méndez, Hurtado, ¡Spencer! y una legión han tenido igual o más técnica. Les ha faltado más promoción, más mercadeo, ser más guapos. Kaviedes, en realidad, tenía varios defectos. No chocaba con los marcadores por su fragilidad. No aportaba mucho por arriba. Se negaba a ser pasador, una habilidad que sí tenía, porque quería anotar, algo en lo que era igual al resto. Sí, una vez hizo un gol de chilena al Barcelona, ¿y? ¿Le sirvió para que el Barcelona lo contratara, para que el Real Madrid se fijara en él, para que el Manchester United pidiera cotización? No. Se fue al Porto, donde jugó un solo cotejo, para luego ir al Barcelona… de Guayaquil. ¡Plop! La chilena es, qué pena, una anécdota de esas que antes tenía el balompié de Ecuador: “una vez le ganamos a Estudiantes”, “una vez le empatamos a Argentina en Buenos Aires”, “una vez jugamos la final de la Copa”.

5. No es un ejemplo para los niños. No conozco a ningún padre de familia que se atreva a poner a Kaviedes de ejemplo, de modelo a seguir, ni en lo deportivo ni mucho menos en lo personal. Nadie quiere que su hijo pase por 15 trabajos y en todos acumule sinsabores. Fallar alguna vez es normal, humano, ¿pero 15 veces? No es culpa del jefe, evidentemente.

6. ¿Cuál es su legado? La carrera de Kaviedes tiene puntos altos y respetables. Después de todo, es el vigente recordman del torneo local y su marca es casi imposible de igualar. Su homenaje a Otilino en el 2006 fue espectacular (¿otro golpe de mercadeo?). Ayudó a Aucas a salir del fango. Pero sus hitos no se comparan con los logrados por Spencer, Aguinaga, Antonio Valencia y otros. Hasta Rorys Aragón tiene más éxitos. Por eso, cuando alguien dice que era un artista, el único que se me ocurre es… Houdini.