Pros y contras del metro

Se ha debatido ya durante algunos años sobre la conveniencia o inconveniencia de construir el metro en Quito y todavía está en el aire el proyecto, pero ya están en ejecución las estaciones terminales de El Labrador y La Magdalena, iniciadas por la anterior administración municipal.

En octubre del 2010 se contrató con la Empresa Metro de Madrid la realización de los estudios de factibilidad para ese sistema de transporte masivo subterráneo y se estableció que el costo de la obra es de aproximadamente USD 1 500 millones, que se cubriría con el aporte del 50% del Gobierno y el resto por el Municipio mediantes créditos del BID, CAF, BEI y Banco Mundial
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Mas, la menor de las cuatro ofertas presentadas para la ejecución de la fase 2 del proyecto, que comprende la construcción del túnel de 22,6 kilómetros de longitud, 13 paradas subterráneas, dotación de ascensores y escaleras mecánicas, etc., es de USD 1 587 millones. La adquisición de 18 trenes costaría USD 183 millones y la construcción de los dos estacionamientos USD 85 millones.

Hay quienes, como el concejal Antonio Ricaurte, afirman que el monto verdadero es de cerca de USD  3 000 millones de dólares y que el Municipio no está en posibilidades de asumir tan alta deuda.

En estos últimos días se han emitido valiosos criterios sobre este trascendental tema, entre ellos el del economista Abelardo Pachano, quien opina que antes de analizar si los costos de construcción del metro podrían ser cubiertos, debe quedar claro su conveniencia frente a otras opciones. Menciona los modernos sistemas de transporte que tienen múltiples alternativas, tales como trolebuses más grandes, que pueden duplicar la capacidad de transporte de pasajeros, con una inversión sustantivamente menor, costos operativos y tarifas más bajas y asequibles a los usuarios.

El exalcalde Roque Sevilla anota que el metro sólo tendría 22 kilómetros, y coincide en que se debe repotenciar el trole y construir teleféricos y un sistema de buses aéreos hacia los valles.

El Presidente del Colegio de Economistas de Pichincha considera aventurado pensar que el Municipio capitalino pueda financiar el costo real del metro; señala que el pasaje en Colombia es de 1,50, por lo que el Gobierno lo subsidia en su mayor parte. Ese sistema es recomendable para ciudades con más de cinco millones de habitantes, dice.

En cambio, ediles del bloque de AP sostienen que el proyecto es viable y necesario y que la diferencia puede cubrir el Municipio “con creatividad”. Mario Guayasamín dice que se puede utilizar el dinero proveniente de la venta de “bienes improductivos” y del ajuste de algunos programas.

Lo cierto es que el alcalde Mauricio Rodas y el cuerpo edilicio tienen en sus manos dos “papas calientes”, según expresión popular: el proyecto del metro y la revisión de los pasajes, asuntos peliagudos que elude sistemáticamente el Gobierno.

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