Una cerámica inca se conserva en el museo Guantug Cañar, que es manejado por el municipio cañarense. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO
Hasta junio próximo, los municipios deberán asumir las competencias de patrimonio cultural, arquitectónico y natural, deacuerdo con el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomías y Descentralización (Cootad).
En el Austro, los municipios de Azuay y Cañar están más avanzados en la gestión y manejo patrimonial, pero tienen limitaciones de financiamiento para la conservación. Estos municipios tienen una estructura administrativa, planes de manejo y conservación y normativas. Esas condiciones serán evaluadas por el Consejo Nacional de Competencias antes de dar la responsabilidad.
El Municipio cuencano maneja ya parte del patrimonio arquitectónico, cultural, intangible, material. El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), en cambio, mantiene la rectoría, según lo confirma Nancy Quezada, directora Municipal de Áreas Históricas y Patrimoniales.
Ella no sabe cómo se manejará desde junio esa dualidad de trabajo con el instituto, por ello consultaron al Consejo Nacional de Competencias.
Otra duda es el manejo del complejo arqueológico Pumapungo y de su museo, que son administrados por el Ministerio de Cultura y Patrimonio.
La situación es similar en Cañar, aunque allí la comunidad tendrá un mayor protagonismo, dice el secretario de Cultura y Patrimonio del Municipio, Ranti Chumi. “Pese a no tener la competencia, ya conservamos el patrimonio y con la población organizamos fiestas tradicionales y rescatamos la cultura cañari”.
Este Municipio tiene un plan para el manejo del patrimonio, que incluye el reclamo de sitios arqueológicos como Ingapirca, que están bajo la administración por el INPC.
El plan tiene dos componentes. El primero es la conservación del patrimonio intangible: los pobladores, idiomas nativos quichua y cañari, fiestas, música y danza. El segundo es la administración de los bienes arquitectónicos del Centro Histórico y de las zonas arqueológicas de Ingapirca, Narrío, Culebrillas y Paredones.
Precisamente ese manejo genera problemas entre el Municipio y las entidades gubernamentales.
El Concejo Cantonal cañarense aprobó este mes una resolución para asumir la administración de Ingapirca y los diálogos se iniciaron. “Cualquier responsabilidad o competencia que soliciten debe demostrarse con la capacidad de gestión”, dice Mónica Quezada, coordinadora del Instituto de Patrimonio en el Austro.
El reto para Cañar será generar un modelo de gestión para buscar recursos y no depender del Gobierno. El área de Cultura maneja un presupuesto de USD 1 millón, el 45% es un fondo propio y el resto llega de convenios de cooperación.
En este año reciben asignaciones del INPC, pero Chumi está consciente de que al asumir la competencia se deberán buscar otras fuentes de financiamiento. El presupuesto para lo histórico y patrimonial en Cuenca asciende a USD 350 000.
“Si asumimos todas las competencias deberían asignar más fondos”, dice Quezada. El Municipio no tiene otras fuentes de financiamiento, por ello tiene convenios para la restauración con la Unesco, Ministerio de Cultura, entre otro