Fotografía tomada por la cámara del módulo Philae, que muestra una vista parcial del aterrizaje en la superficie del cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko. Foto FOTO: ESA/ EFE
Andrea Gordón y GDA(I) agordon@elcomercio.com
El origen del Sistema Solar, del agua de la Tierra, incluso de la vida, podría ser develado en los próximos años. Al parecer un cometa ubicado a 500 millones de kilómetros de nuestro planeta y que tarda seis años en orbitar alrededor del Sol podría tener la respuesta a estas grandes incógnitas.
Este cuerpo espacial denominado 67/P Churyumov-Gerasimenko y proveniente del cinturón de asteroides, una zona llena de restos del Sistema Solar primitivo, es el foco de estudio de la comunidad científica.
Precisamente, durante esta semana, la Agencia Espacial Internacional (ESA), después de 10 años de espera, desprendió el módulo Philae de la sonda Rosetta para que por primera vez aterrizara sobre un cometa.
Para Ericson López, director del Observatorio Astronómico de Quito, este es un evento histórico que se lo puede comparar con lo que sucedió cuando el hombre pisó la Luna. “Esta es una gran hazaña que muestra la capacidad del intelecto humano y el grado de desarrollo tecnológico”, menciona el astrónomo.
El objetivo de la misión es desplegar un pequeño laboratorio, con el que se espera taladrar la superficie y analizar ‘in situ’, los componentes del cometa para enviar datos a la Tierra. Además tomará imágenes y mediciones de su temperatura y comportamiento. La misión se podría extender hasta el 2016, según los investigadores del proyecto.
“La importancia de colocar un robot en la superficie de un cometa radica en el hecho de que estos cuerpos son considerados como el material más antiguo que está disperso en el Sistema Solar”, dice López.
Para los científicos de la ESA, la razón por la cual se escogió el cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko o ‘Chury’ es porque nunca ha pasado cerca al Sol. Esto quiere decir que su composición está casi intacta, por lo que puede poseer moléculas de agua congelada, entre otros elementos, que explicarían el origen de la vida en la Tierra.
Por ello, una de las teorías relaciona el agua de estos cuerpos celestes con la de los océanos en nuestro planeta. Otra idea establece que podrían haber “sembrado” la Tierra con las sustancias químicas necesarias para que se origine la vida.
Desde que el robot aterrizó ya ha hecho sus primeras investigaciones sobre el cometa, mapeando su estructura y su campo magnético.
López explica que para llegar a conclusiones iniciales, los investigadores necesitarán algunos meses. Sin embargo, para establecer teorías convincentes deberán pasar algunos años.
Aunque el minilaboratorio está posicionado en el 67/P, está lejos del lugar ideal y solo recibe 1,5 horas de luz solar cada día, en vez de las 6 o 7 presupuestadas inicialmente. Según fuentes espaciales francesas, la “cosecha” de información científica recogida por Philae es muy rica, pero las horas de vida que tiene por delante el robot de exploración están contadas.
Desde el miércoles (12 de noviembre) Rosetta recibe datos que envía Philae desde el cometa y los transmite a la Tierra a través de ondas de radio que demoran media hora en llegar a la velocidad de la luz.
Además, la ESA publicó un audio que registró después de que el robot espacial terminara su descenso, al que llamó “el canto de un cometa” en la red social SoundClouD.