El mimetismo de la rana permite que sea imperceptible para potenciales depredadores. Foto: Cortesía Lucas Bustamante / EL COMERCIO
La capacidad de que un ser mute su piel era hasta hora un recurso empleado solo en la ciencia ficción. El hallazgo hecho por científicos del Centro de Investigación de la Biodiversidad y Cambio Climático de la Universidad Tecnológica Indoamérica (BioCamb) es considerado como un descubrimiento “sin precedentes”.
Los expertos lograron describir una especie de rana que puede cambiar la textura de su piel, desde tubercular a lisa y viceversa, en cuestión de cinco minutos y medio. Así lo indicó Juan Manuel Guayasamín, director de BioCamb.
La rana mutable (Pristimantis mutabilis) fue descubierta en los bosques nublados de la Reserva Las Gralarias y en la Reserva Los Cedros, ambas ubicadas en la zona biogeofrágica del Chocó.
Guayasamín, que también se desempeña como editor de la revista científica Neotropical Biodiversity, recordó que a los investigadores les tomó seis años encontrar unos pocos individuos para poder desarrollar adecuadamente el trabajo de investigación. Esto debido a que la especie se camufla en el musgo, sitio en el que habita.
A pesar de que la descripción de vertebrados tiene ya siglos de historia, Guayasamín afirma que esta es la primera vez que se descubre una especie que pueda cambiar la textura de su piel en tan poco tiempo (330 segundos). Lo que sí es mucho más común es el cambio de color en algunos reptiles.
Este hallazgo, además de su importancia para la biodiversidad, implicó algunos ‘entredichos’ en los científicos. Esto ya que una de las características que se toma en cuenta para describir nuevas especies es la forma de la piel, que se pensaba era inmutable en las ranas.
“Encontrar animales tan increíblemente flexibles en su apariencia es fascinante”, sostiene Guayasamin. El experto, asegura que esta pristimantis, por medios desconocidos, “produce” tubérculos y luego los esconde.
Este mimetismo debería ser muy beneficioso para la especie, que resulta invisible frente a potenciales depredadores.
“Hasta ahora, los taxónomos considerábamos que la textura de la piel de las ranas era una característica inmutable, es decir, que cada especie tenía un tipo de piel que se mantenía constante durante su vida”.
Gracias a esas características, los taxónomos separan o unen especies dependiendo de cómo estas se ven. El descubrimiento de la rana mutable significa que se tiene que re-evaluar la utilidad taxonómica de la textura de la piel.
“Creo que lo que observamos en Pristimantis mutabilis es una rareza en el mundo animal. Algo extraño que puede pasar en unas pocas especies, pero que seguramente es la excepción más que la regla”, contó.
Según el blog Anfibios Ecuador, actualmente el país cuenta con una taza anual promedio de 10 especies descritas como nuevas o a su vez reportadas por primera vez en el país.
Guayasamín dijo que, incluida la Pristimantis mutabilis, en el país se han registrado 557 especies de anfibios, siendo así Ecuador el tercer país más megadiverso en estos ejemplares.
El descubrimiento de esta especie fue documentado en portales como Sci-News, Nature Now y el New York Times.
En este último medio, Katherine Krynak, investigadora del Case Western Reserve University, describió la sorpresa que se llevaron cuando encontraron a la especie mutable. “Tomamos un ejemplar y lo llevamos en un recipiente para fotografiarlo. A la mañana siguiente, pensamos que recolectamos a la rana equivocada”, aseguró. Esto, ya que su aspecto era totalmente diferente.
Posteriormente, al retornar al ejemplar a una zona donde había musgo, inmediatamente sacó a relucir sus tubérculos.
Para Guayasamín, el describir nuevas especies es solo el primer paso en el camino de la conservación. También es necesario, dijo, entender y proteger los hábitats naturales. “Vivir en un país megadiverso es una gran responsabilidad”.