María Soledad Lalama: 'Ahora soy más sencilla, más yo'

María Soledad Lalama trabaja en el Concejo Municipal de Ambato. Foto: Glenda Giacometti / El Comercio

María Soledad Lalama trabaja en el Concejo Municipal de Ambato. Foto: Glenda Giacometti / El Comercio

Introducción :

María Soledad Lalama es la demostración de que querer evitar que algo pase es la forma más segura de hacer que eso pase. Siempre le huyó a la política, y hoy trabaja de lleno en un cargo impregnado de política: es asesora del concejal Robinson Loaiza (de AP), en Ambato. María Soledad también es una mujer convencida de que la vida le dio una segunda oportunidad. Hace cuatro años se operó para evitar un accidente cerebrovascular (como el que mantuvo inactivo por años a su padre); sabe que tomará medicinas de por vida y no le importa. Está feliz, agradecida, enfrentando el día a día con una nueva actitud: más alegre y descomplicada.

Testimonio:

Ahora soy otra persona, definitivamente, y me gusta todo de mí. Soy más alegre, descomplicada, más sencilla; soy más yo. Antes tenía muchas poses en todos los aspectos. Ahora tengo muy buena relación con las personas, antes todo el mundo decía: "Ella debe ser mal genio". Ahora soy diferente, y me siento tan bien colaborando con todo el mundo a mi alrededor; eso me ha ayudado mucho, en mi vida laboral, en la relación con mi hijo...

Soy doctora en auditoría. En mi familia todo el mundo estudiaba contabilidad y me decían que yo también tenía que estudiar eso, pero yo no quería contabilidad sola y me incliné por la auditoría que es mi pasión, me gusta mucho, es lo que amo hacer, porque me permite entrar en todos los aspectos: legales, económicos, permite indagar en cómo se hacen las cosas, investigar las cosas a fondo.

Tal vez mi carácter también me lo permite, porque el auditor tiene que ser imparcial. Y no susceptible de ser manejado de ninguna forma. Mi carácter es así: si yo veo que algo está mal, pues está mal y no lo podemos cambiar. Nadie me puede decir: Ayúdame con esto. No, yo no puedo.

Trabajo en el Concejo (de Ambato) asesorando a uno de los concejales. Lo que hacemos básicamente es legislar. Revisamos todo lo que tiene que ver con ordenanzas y leyes, vigilamos que todas las cosas se cumplan adecuadamente, la planificación del presupuesto, el cumplimiento de ese presupuesto y que todo se vaya cumpliendo de acuerdo a las fechas indicadas. Por ejemplo, ahora se está planificando la creación de unos parques. Siempre estamos pendientes de que todo lo que vamos haciendo, primero esté dentro del marco de la ley; y segundo, de acuerdo a los intereses del cantón.

No pertenezco a ningún partido político, porque nunca he tenido afinidad con ninguno, aunque mi convicción siempre ha sido medio de izquierda. En mi casa sí tienen inclinación política. Ha sido una familia muy política, de toda la vida. Y esa es la razón por la cual no tengo inclinación política, porque viví la política de cerca; una de mis tías fue diputada en el tiempo del Congreso, entonces yo sabía todo lo que eso era. Y otro de mis tíos fue concejal de Santo Domingo y yo no quería saber nada de política.

Siempre fui empleada privada, pero ahora que estoy en la función pública me doy cuenta de que hay mucho que cambiar. Yo quiero ser parte de ese cambio. De la política he aprendido que uno tiene que aprender a ser leal, sincero y que no debe venderse; eso es lo principal. Y cuando ya has ganado una posición yo creo que tienes que olvidarte de tu tinte político y trabajar por el beneficio de la mayoría.

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