El protocolo de bioseguridad es fundamental para frenar el ébola

Personal sanitario durante un simulacro del protocolo de bioseguridad para tratar pacientes con ébola en la unidad del Centro Médico Sheba, en Tel Aviv. Foto: EFE/Kobi Gideon

Personal sanitario durante un simulacro del protocolo de bioseguridad para tratar pacientes con ébola en la unidad del Centro Médico Sheba, en Tel Aviv. Foto: EFE/Kobi Gideon

Personal sanitario durante un simulacro del protocolo de bioseguridad para tratar pacientes con ébola en la unidad del Centro Médico Sheba, en Tel Aviv. Foto: EFE/Kobi Gideon

Desde que el brote del virus del ébola se expandió en África, en el 2013, una de las principales recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) gira en torno a la aplicación adecuada de los protocolos de bioseguridad. Con los contagios a personal de atención (enfermeras), registrados en España y Estados Unidos, saltó a debate el tema de los procedimientos que se realizan al tratar a pacientes portadores del virus.

Independientemente de la alerta mundial por el ébola, en los sistemas de salud- públicos y privados- hay una serie de mecanismos que se aplican para proteger de enfermedades infectocontagiosas a los internos, personal de salud y familiares de pacientes. Así lo sostiene Cristina Moreno, médica infectóloga del Hospital Metropolitano de Quito.

Además de los elementos estándar (lavado de manos continuo, uso de mascarillas, guantes y batas protectoras), se ejecutan otros procesos en base al tamaño del agente infeccioso. Según Moreno, cuando la partícula mide más de cinco micrones (cada micrón equivale a una milésima de milímetro), se realiza la precaución de gotas; la cual se ejecuta cuando las partículas no pueden llegar a más de un metro de distancia y se aplica en pacientes portadores de influenza o neumonías comunes.

Cuando el tamaño del agente infeccioso es menor a cinco micrones -como en el caso de la tuberculosis, sarampión o varicela- es necesario el uso de una mascarilla específica. La N95 cuenta con un filtro especial y no permite el paso de las bacterias. Además se recomienda, en el caso de la tuberculosis, que el paciente sea aislado en una habitación con presión negativa. Estas se caracterizan por no dejar que el aire escape al exterior, aunque aún no son muy comunes en el país.

Otras bacterias más resistentes se transmiten por el contacto directo con la piel. De ahí que el lavado constante de las manos por parte del personal de salud sea indispensable para evitar la colonización de las partículas.

El ébola, en cambio, se transmite a través del contacto directo con los fluidos corporales del enfermo: orina, heces, saliva, secreciones, sangre. En estos casos, la OMS recomienda el uso de trajes de protección individual y tratar al paciente en un cuarto aislado. Pero uno de los vacíos evidenciado durante las últimas semanas se relaciona a la manera correcta de colocar y retirar este equipo.

Francisco Vallejo, subsecretario de Vigilancia de Salud Pública, dijo en una entrevista a EL COMERCIO que el país adquirió alrededor de 1 000 trajes protectores como parte del plan de prevención en caso de presentarse un cuadro de
ébola.

El funcionario aseguró que se ha capacitado a los prestadores de servicios de salud para cumplir adecuadamente con el protocolo de bioseguridad de estas prendas, cuyo valor comercial oscila entre USD 60 y 100. En su mayoría, los trajes fueron comprados a través de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Algo a resaltar, es que luego de un hipotético uso, estos trajes son incinerados, basándose en un plan de manejo integral de residuos.

Vallejo indicó que en coordinación con la Dirección de Aviación Civil (DAC) y Quiport, se puso en marcha un plan para que las personas que ingresen al país provenientes de Sierra Leona, Liberia, Guinea y Nigeria, llenen la “declaración de salud del viajero”.

Si algún pasajero que viajó desde África Occidental -dijo el experto- presenta fiebre de más de 38 grados, debilidad o dolor corporal, tiene que informar con qué personas estuvo en contacto y en qué sitio del país permanecerá.

El último reporte de la OMS da cuenta que -desde diciembre del 2013- se han presentado 9 284 casos de ébola y 4 604 personas han muerto a causa del virus, a escala mundial.

Desde el Ministerio de Salud de Ecuador, también se ha trabajado en planes de acción con escenarios más dramáticos. Por ejemplo, si en un vuelo internacional una persona presenta síntomas relacionados al ébola, el personal de cabina comunicará a la torre de control del Aeropuerto Mariscal Sucre. Desde ahí, se dará instrucciones al piloto para que acuda al sitio de atención remota de la terminal aérea. En ese espacio, permanece personal de Sanidad Internacional y del ministerio del ramo.

Posteriormente, se realizará el traslado al área especial que se adecuó en el Hospital Pablo Arturo Suárez, en el norte de la capital. Para hacerlo, se dispone de dos ambulancias equipadas, Alfa 6 y Alfa 10, en Yaruquí y el Comité del Pueblo.
En el caso de Guayaquil, el Hospital de Infectología será el encargado de recibir a un posible paciente con ébola.

Un equipo del Instituto de Investigación de la Salud (Inspi), será el encargado de tomar las muestras del paciente con sintomatología sospechosa, para posteriormente enviarlas a un laboratorio de Estados Unidos para que se realicen los análisis correspondientes. Según datos del Ministerio de Salud, el país cuenta con 250 epidemiólogos.

Mañana se tiene prevista la realización de la Cumbre extraordinaria de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (Alba), en la que se abordarán las políticas previstas e implementadas en la región para afrontar la emergencia mundial por el ébola. La cita será en La Habana, Cuba.

En contexto
Los gobiernos del mundo toman diferentes medidas para afrontar un posible caso de ébola en su territorio. Mediciones de temperatura en aeropuertos y prohibiciones de entrada al país son algunos de los mecanismos que se aplican por la epidemia.

La bioseguridad
Limpieza. El lavado de manos debe cumplir cinco parámetros para evitar contagios con bacterias.

Guantes. Son indispensables si se tiene contacto con los fluidos corporales de los pacientes.

Mascarilla. Evita que los agentes infecciosos ingresen a través de las vías respiratorias o por la boca.

Bata. Se usan cuando hay cuadros de politraumatismos y las bacterias pueden contactar la piel.

Aislamiento. Ubicar a los pacientes en áreas con presión negativa, donde el aire no escapa de la sala.

Zona Crítica. Las áreas de Neonatología, Terapia Intensiva, entre otras, requieren mayor desinfección.

Muestras. Al tomar muestras de fluidos corporales, se debe evitar el contacto directo con la piel.

Incineración. Luego de utilizar los trajes especiales, estos serán incinerados bajo las normas de la OMS.

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