En el 2013, a escala nacional, la Defensoría Pública asesoró a 772 mujeres por la tenencia ilegal de narcóticos. A 4 764 hombres los auspició por robos con violencia.
La primera cara de la moneda son los hombres: ellos son detenidos, sobre todo, por robos con violencia (asaltos). Del otro lado están las mujeres: el principal delito en el que incurren es por la tenencia de drogas.
Estos datos constan en el último informe que presentó la Defensoría Pública del Ecuador. Durante los 12 meses del 2013, ese organismo asesoró legalmente a 62 638 personas que fueron detenidas en el país.
El 90,11% de sospechosos fueron hombres y el 9,89% mujeres. ¿Por qué hay esta diferencia de género en los delitos? ¿Las causas por las cuales delinquen hombres y mujeres varían?
El investigador social Lautaro Ojeda considera que ellas se inclinan más a los delitos por situaciones económicas. “Están preocupadas por mantener a su familia y cuidar a su hijos”.
José Luis Jaramillo, exagente fiscal especializado en investigación del delito, cree que los hombres “son más propensos a ejecutar actos violentos por situaciones físicas y emocionales propias del género”.
Una investigación desarrollada en 2011 por la Facultad de Derecho de la Universidad de Salamanca (España) aporta más luces sobre este fenómeno y sugiere que las mujeres delinquen en menor medida porque lo consideran como la “última alternativa”, pese a su condición económica precaria.
En el análisis se precisan los delitos perpetrados por ellas “no provocan daños irreparables” a las víctimas, pues no actúan con violencia y están relacionados con infracciones contra la salud pública (tráfico de sustancias estupefacientes”.
El robo agravado
La sala cuatro de la Unidad de Flagrancias de Quito está copada. Hay un grupo de 15 mujeres. Todas son familiares de los tres detenidos que están frente al juez. Son las 10:30 del martes.
Los tres sospechosos no levantan la mirada en los 30 minutos que dura la audiencia. Solo escuchan el relato de la Fiscalía. Los acusan de robo agravado, un delito que se castiga con cárcel de tres a seis años.
En el recuento de los hechos, la investigadora de la Fiscalía señala que los detenidos fueron arrestados mientras forzaban la seguridad de la puerta delantera de un vehículo”.
El juez Gonzalo Núñez trabaja en la Unidad de Flagrancias. En base a su experiencia relata que las dos causas principales por la que son detenidos los hombres son por robos agravados y violencia intrafamiliar.
A su juicio, los varones se inclinan más a delitos violentos porque consiguen mayores e inmediatos réditos económicos. Y cita casos de sacapintas, hechos que por lo general ocurren con agresiones vehementes. “No dudan en utilizar un arma en contra de su víctima”.
Un hecho de estas características ocurrió en febrero pasado. Sospechosos acribillaron a quemarropa a José y Fernando Changoluisa, dentro de un autobús. Los asaltantes les arrebataron USD 25 000 que las víctimas retiraron minutos antes de una entidad bancaria.
La Policía capturó días después a seis sospechosos del asalto. Ahora ellos son investigados por robo calificado con el agravante de asesinato. En estos casos, el artículo 552 del vigente Código Penal estipula una pena de cárcel de entre 12 y 16 años.
Ayer, 22 de julio, al finalizar la audiencia, el juez resolvió llamar a juicio a los tres hombres que presuntamente intentaron abrir la puerta delantera de un vehículo.
La tenencia de drogas
El informe ‘Mujeres, delitos de drogas y sistemas penitenciarios de América Latina’, del Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas, de Reino Unido revela un incremento en los arrestos por estas infracciones en los últimos años.
Según esa investigación, en el Ecuador en 1982, “el 18,5% de las mujeres estaba detenida por delitos relacionados con drogas; ese porcentaje ha aumentado hasta el 75 y 80%”.
Ana (nombre protegido) engrosa esas estadísticas. Llevaba cincuenta cápsulas de cocaína en su estómago cuando fue detenida, el 3 de diciembre del 2011, en el aeropuerto Mariscal Sucre de Quito. Su destino era Madrid (España), y por trasladar el alcaloide le iban a pagar USD 7 500.
La europea, de 27 años, vivía en esa ciudad e iba a perder su departamento por no pagar las cuotas. Su esposo también fue apresado en España por narcotráfico en el 2010 y ella no tenía empleo. “Antes trabajé como mesera en discotecas, pero me despidieron por la crisis. Estaba desesperada porque nos iban a quitar la casa”, dice en una entrevista con este Diario en el patio principal de la Cárcel de Mujeres de Quito.
En el informe de la Defensoría Pública se dice que en el 2013 asesoraron legalmente a 772 mujeres detenidas por posesión ilícitas de sustancias estupefacientes.
Rosario T. también está en la cárcel de El Inca, en el norte de Quito. Tiene 54 años y fue detenida en enero del 2014 por cargar -según la Policía- 75 gramos de pasta base de cocaína. Entre 1984 y 2014, ella ha sido arrestada 10 veces por posesión ilícita de drogas.
Rosario comenta que desde los 18 años es consumidora de narcóticos. Empezó con ritrovil, un fuerte fármaco para calmar la ansiedad. Dos años después probó la marihuana, pero asegura que los efectos no le gustaron. “Me sentía mareada, me daba mucha hambre”. En julio pasado, un perito concluyó que la mujer era dependiente a la pasta base.
Ana, en cambio, no es consumidora, pero por un “acto desesperado” ahora enfrenta una sentencia de 8 años de cárcel.
Las contravenciones
Víctor Romero es juez de Tránsito de Pichincha desde hace cuatro años. Hasta mayo pasado, él atendía un promedio de nueve audiencias diarias contra hombres que conducían bajo los efectos del alcohol. En ese mismo período, solo conoció cinco casos de mujeres.
La Defensoría Pública revela que manejar en estado etílico es la principal contravención de tránsito en hombres. En el 2013, atendió 5 558 casos de varones frente a 103 de mujeres.
Para Romero hay una explicación básica: la mujer es más cuidadosa cuando conduce. Además, el uso que ella le da al vehículo es diferente a la del hombre. “Son más medidas en sus actos y por lo general emplean los vehículos para transportar a sus hijos; no lo utilizan para ir a beber. Habrá porcentajes, pero es mínimo”.
En la investigación que desarrolló la Universidad de Salamanca se detectó que las mujeres infringen en delitos menores como el hurto. De hecho, los datos de Defensoría revelan que, en contravenciones, las mujeres incurren sobre todo en robos de menor cuantía.
En septiembre del 2013, por ejemplo, la Policía Judicial de Quito capturó a 13 chicas en el centro de la capital. Las investigaciones determinaron que ellas supuestamente se dedicaban al carterismo: hurto de joyas, celulares y poco dinero…