Mae Montaño es asambleísta del partido CREO. Foto: EL COMERCIO
Mae Montaño, asambleísta por el movimiento Creo, habla sobre el marco legal necesario para evitar la discriminación.
¿Cómo mira la interculturalidad en los medios?
Tiene que ser un proceso. El marco legal da un fundamento, pero no todo. Hay que interiorizar la interculturalidad como parte de un concepto de educación y formación. Entiendo que se busca un equilibrio. Me parece un tema interesante.
¿Hay algo que no sea interesante?
El que se la aplique por mecanismos represivos y de sanciones para que se cumpla. La gente tiene que interiorizar lo intercultural. En educación, por ejemplo, que sean ejes transversales en los planes y programas. Yo supongo que esa fue la intención en la Ley de Comunicación. Sin embargo, la discriminación y la exclusión racial también están interiorizadas en la gente y no se las puede anular de la noche a la mañana. Por eso son procesos que toman su tiempo.
¿Es algo que se puede imponer como decreto?
Es importante incorporarla en la ley, pero no se puede creer que se ha cumplido el objetivo.
¿Y cómo se resuelve?
Se requiere que el marco legal la tome pero desde ahí hay que concretarla en políticas públicas. De lo contrario no serviría de mucho y menos con un régimen sancionatorio.
¿Qué debería hacer la educación en este campo?
Permitir que se entienda la diversidad y los valores del otro. Pero hay otros sentimientos que son parte de la formación personal, como la tolerancia. No somos muy tolerantes, no solo en los asuntos étnicos sino en otros, como la política. Los derechos están escritos y se deben respetar…
La inclusión no se logra con leyes, a pesar de que es necesario establecer los marcos legales. Hay todo tipo de derechos en la Constitución, pero no están los económicos. Hasta que no trabajemos mecanismos sociales y económicos de inclusión para superar la pobreza que viven grupos indígenas, afros, montubios, va a ser difícil combatir la discriminación.
¿La discriminación es más económica que étnica?
Las dos cosas. En un congreso de afros en EE.UU., un alto ejecutivo bancario contó que había llegado a una de las sucursales de Brasil. No había un solo afro en posiciones administrativas, directivas o ejecutivas. Descubrió que cuando se llamaba a concursos para algunas posiciones, los afros no participaban y si lo hacían tenían muy pocas probabilidades. Se propuso trabajar en doble vía. Abrió los espacios de oportunidades con un proceso de selección que incluía la capacitación. Así consiguió que muchos afrobrasileños llegaran a esos puestos. Si se quiere eliminar el racismo se debe dar oportunidades, pero también las herramientas para hacer valer esas oportunidades por sus propios méritos.
¿Y qué debe hacer el Estado para esta inclusión?
Los afros son mayormente pobres y al no tener propiedades no pueden acceder a créditos porque no tienen con qué respaldarlos. Ahí tiene que participar el Estado como garante para su emprendimiento y termine con el asistencialismo. La cantidad de afros graduados de colegio es inferior a la media. No es lo mismo un afro que ha salido de la pobreza, aunque pueda sufrir el racismo, que uno que permanece en la pobreza.
Observar el lenguaje políticamente correcto, ¿ayuda a evitar la exclusión?
Yo soy una mujer negra. Depende de cómo utilices esa palabra. La categoría afro surgió en Estados Unidos porque la palabra ‘negroes’ era más despectiva. Allá era necesario porque la categoría mestizo no existe. No sé si hemos ganado con eso, pero si hace sentir a la gente tranquila, mucho mejor.
Cuando se habla de inclusión, el lugar común pensaría que la derecha no representa esas grandes causas. ¿Cómo explica que usted esté en un partido como Creo?
Nunca he creído que el asistencialismo lleve a una verdadera inclusión. Creo en la capacidad de la gente para formarse, en las oportunidades que debe tener pero también en su autonomía. Yo creo en los derechos económicos: un buen trabajo permite que se vuelva autónomo. He buscado en la tendencia política esa visión.
¿El ecuatoriano se está abriendo hacia el reconocimiento del otro?
Pero falta mucho por hacer. No estamos como al principio porque eso sería como negar la historia. Hay cada vez más afroecuatorianos profesionales, en la Asamblea, pero no en todos los espacios de administración. No hay un solo ministro afroecuatoriano.
Hoy es 12 de octubre… Y el primer domingo de octubre fue el día de los afroecuatorianos, pero no trasciende.
Y la conquista permitió el ingreso de la complejidad afro: arrebatados de su tierra, se los implantó aquí. No se entendían entre ellos porque tenían diferentes lenguas. Pero la negritud no es un tema de discusión en una fecha como hoy…
Quizá por eso tuvimos que buscar nuestro propio día.
Y usted, ¿qué hace en ese día del afroecuatoriano?
Reflexionar en lo que soy.
¿Y quién es?
Una mujer orgullosamente negra, comprometida con las grandes causas sociales.
Hoja de vida
Nació en Esmeraldas, el 7 de abril de 1953. Profesora de profesión, fue asambleísta Constituyente. Ahora tiene una curul representando a Creo.
Su punto de vista
El marco legal para evitar la discriminación es necesario, pero depende de un largo proceso de interiorización. El Estado debe dar las herramientas para que quienes sufren el racismo puedan ser autónomos y evitar el asistencialismo.