Entrevista a Enrique Ayala Mora presidente del Partido Socialista. Foto: Archivo / EL COMERCIO
¿Esta es la crisis más compleja de la historia del Ecuador?
Las crisis marcan el principio y fin de un periodo. La fundación de la República marcó el primer período republicano, hasta la crisis de 1895 con la venta de la bandera y la revolución liberal. Y luego eso fue hasta 1960, cuando se dio la gran crisis de la exportación de banano. Creo que ahora, no cabe duda de que 60 años después estamos cambiando de período en la historia del Ecuador y, desde luego, en la historia del mundo. Así de profunda es esta crisis. Todavía no sabemos hasta dónde va a llevarnos. Lo que sí vemos es que en algunos aspectos ha provocado un cambio importantísimo de los modos de vida en las relaciones humanas, familiares, institucionales y también en la geopolítica mundial.
¿Ecuador está preparado para dar ese cambio?
Nunca los pueblos están preparados para los cambios, pues sobrevienen, a veces cuando menos se espera. Ni Ecuador, ni EE.UU., ni Francia ni España estuvieron preparados para este evento. Insisto, no sabemos hasta dónde nos lleve. Lo que sí tenemos que preguntarnos es si estamos a la altura de poder sobrellevar esta situación. Y la respuesta es una interrogante: ¿Seremos capaces de lograr los mínimos consensos nacionales para poder superar diferencias y avanzar hacia adelante en medio de esta crisis tan dura? Yo confío que lleguemos a eso: el Gobierno, organizaciones sociales, empresarios, FF.AA., la ciudadanía. Pero veo que hay muchas dificultades para ello.
¿Está preparada la clase política?
La clase política casi siempre no ha estado a la altura. Ha tenido comportamientos muy coyunturales y vinculados con sus intereses directos, pero no creo que hayan sido los grandes beneficiarios de las crisis. Los grandes beneficiarios son los oligarcas, que gobernaron este país desde el día de su fundación.
La unidad que pudo haberse gestado se debilita. ¿Cuál es la perspectiva coyuntural?
Creo que el Gobierno no ha hecho esfuerzos suficientes para una verdadera unidad nacional. No hay una convocatoria real a una unidad a los sectores sociales, a la mayoría ciudadana. Siguen pensando que la unidad nacional es solo los sectores más poderosos e influyentes. Desde luego esta convocatoria tiene un obstáculo, los intereses del correísmo, causante directo de la situación grave. No del coronavirus, no de la crisis internacional, pero sí de la falta de preparación de este país para una situación de crisis que Correa no la afrontó y que la ahondó con más endeudamiento, despilfarro y robo. También la irresponsabilidad de organizaciones como el PSC que, al menos en Guayaquil no son capaces de ponerse de acuerdo en nada. Y desde luego otras fuerzas políticas que en la Asamblea calculan elementos muy pequeños. Creo que el Presidente volverá a ser derrotado con su propuesta. Esa propuesta tenía elementos positivos, por ejemplo cobrarle una cantidad pequeña de dinero a las empresas que han ganado millones. Están dispuestos si acaso a permitir que los empleados públicos y privados hagan la contribución fundamental.
¿Qué papel debe jugar la Asamblea?
La Asamblea debe jugar un papel de menos hiperpolitización y de más trabajo. La iniciativa tiene que ser de corte social. El Gobierno tiene que reunir a las fuerzas sociales, tiene que plantear esto o en algún momento va a ser rebasado. Aquí no estamos escogiendo un camino u otro, o vamos al consenso por una vía o tendremos que ir por otra porque aquí la otra alternativa es un enfrentamiento nacional, un desplome del sistema social ecuatoriano que nadie espera. Este país es el más vulnerable de América Latina, más que Haití porque está dolarizado, porque no tiene reservas.