Juan Lligalo (izq.) y su familia cultivan una variedad de cinco productos orgánicos en su huerta en Chibuleo (Tungurahua). Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO
Es un hombre de campo a tiempo completo y cuando sus vecinos requieren de algún consejo sobre la producción agrícola, no duda en ayudarlos.
Es Juan Lligalo uno de los 22 chacareros dedicados a la recuperación de la agricultura ancestral en las comunidades de Chibuleo, Pilahuín, Salasaca, Ambatillo y Juan Benigno Vela, en Tungurahua.
Viste poncho rojo y pantalón blanco, atuendo que identifica al pueblo Chibuleo. El hombre, de 72 años, emplea las instrucciones que su padre Juan le enseñó cuando era pequeño. Para las podas, la siembra y la cosecha y otras actividades agrícolas, se guía por la posición y el tamaño de la Luna. Además, del trinar de las aves.
Lligalo se desplaza lentamente y con precaución para evitar daños en el cultivo. En su parcela produce maíz, quinua, habas, mashua y ocas, sin usar químicos ni pesticidas para evitar las plagas, sino abonos y brebajes preparados con hierbas amargas, dulces y picantes.
Con este líquido oscuro fumiga las plantas. “La idea es que cada familia consuma productos sanos para la salud y no contaminen el suelo, el agua y el ambiente. Es una forma de rescatar nuestros conocimientos y saberes ancestrales”, comenta el septuagenario.
A pesar de que Lligalo no tiene un título universitario, sus conocimientos en agricultura orgánica lo avalan como un especialista en esta área. Su chacra, localizada en el barrio San José de la comunidad Chibuleo a 25 minutos al suroeste de Ambato, es el laboratorio y el aula de clases donde da indicaciones a sus vecinos.
Su esposa María Maliza le ayuda en sus actividades. A un costado de la vía asfaltada que divide al pueblo habitado por 12 000 familias, produce el bocashe compuesto por el excremento de los cuyes, conejos, borregos y vacas que están en varios corrales.
Además, de carbón, ceniza y otros productos. “Esto hay que aplicar por encima de las plantas. Luego, con el azadón se las tapa para que no pierda las propiedades”, cuenta Maliza.
Para recuperar la agricultura andina, el Movimiento Indígena de Tungurahua (MIT) busca poner en marcha un proyecto. Manuel Ainaguno explica que una de las primeras acciones es recorrer las comunidades para buscar a los chacareros (agricultores) que practican este tipo de producción con los saberes ancestrales. “La idea es que ellos multipliquen los conocimientos y más gente comience a producir de una forma sana”.
Al momento están identificados 22 chacareros que trabajan en sus huertos, donde a más de producir sin químicos están dedicados a la recuperación de semillas de las ocas, mashua, variedades de papas ancestrales. “El plan busca que los campesinos comercialicen en los mercados los excedentes de su producción”.
Al lado de Lligalo vive José Santos Maliza. Con su asesoramiento cultivó un huerto familiar. Allí produce legumbres, hortalizas y hierbas aromáticas como el toronjil, manzanilla, cedrón y otras. Estas evitan que se desarrrollen plagas. Esta práctica la comenzó hace dos años. “Ahora comemos sano en la familia y lo que nos sobra vendemos en los mercados de Ambato”, comenta.
A 8 kilómetros de Chilubleo está la comunidad de Tamboloma en la parroquia Pilahuín. En este sitio los habitantes trabajan en recopilar las técnicas agrarias antiguas. José Toalombo desde hace siete años cosecha ocas, mashua, mellocos, habas y papas, para el consumo familiar.
Él tiene una parcela de 4 000 metros cuadrados, en la comunidad de Yatzaputzan de la parroquia Pilahuín a 34 kilómetros de Ambato.
El hombre de mediana estatura dice que los productos agrícolas de los páramos andinos estaban a punto de extinguirse en su pueblo, porque sus habitantes se dedicaron sembrar cebolla paiteña, ajo y pastizales. Eso motivó a pedir ayuda a los técnicos del Consorcio de la Papa.
Con ellos logró recuperar estar semillas tradicionales. Ahora junto a otros 20 agricultores trabaja en este proyecto que incluye el uso de bioles y brebajes con hierbas amargas y picantes. Toalombo, el sábado a las 10:00, cosechó dos variedades del tubérculo para consumirlo en la familia.
En contexto
En Tungurahua, 22 familias conservan la técnica para la producción agrícola andina. En Chibuleo, Pilahuín, Juan Benigno Vela y otras comunas se cultiva sin usar químicos. El Movimiento Indígena de Tungurahua aplicará un plan de búsqueda de los chacareros.